VILLA MERCEDES
Un paseo gastronómico, artesanos, fogones y escenarios alternativos para vivir la popular Calle Angosta
La tradicional Fiesta comenzó este viernes y congregó a los villamercedinos. Mucha música cuyana y tradiciones.
Por Sonia Schoenaker
Mientras en el escenario mayor se presentaban academias de danzas, artistas locales y nacionales, alrededor del anfiteatro se exhibían muchas opciones para disfrutar en familia.
Los puestos gastronómicos tenían largas filas de personas para comprar, las empresas privadas mostraban sus propuestas, y los emprendedores vendían sus productos.
Sobre el patio de comidas, entre los fogones hay dos escenarios alternativos: el primero de ellos tiene servicio de mozos en las mesas, mientras que en el otro, la gente puede observar los espectáculos de pie.
En el Paseo de las Artes están las carpas con stands de empresas privadas, un sector de juegos para niños y una peña folklórica organizada por Ceferino Orquera, fundador del grupo musical Los Zafreros. Allí se podían comprar empanadas salteñas mientras tocaban artistas como Los del Canto Amigo y Sangre Norteña.
Sobre los adoquines de la callecita popular los feriantes ofrecen una amplia variedad de productos. Ropa, artesanías, juguetes, vasos, impresiones en 3D, mates y productos de estética eran algunas de las propuestas.
Los vecinos que viven sobre Calle Angosta aprovecharon para abrir las puertas de sus casas y vender todo el fin de semana.
El histórico Boliche Don Miranda también es una opción para sentarse a cenar. En el sector también hay foodtrucks para comprar al paso.
En uno de los puestos se podía observar una replica exacta de la Copa Libertadores y otra de la Copa Mundial de Fútbol.
“Fue una idea que vi en Buenos Aires y la hice para Villa Mercedes”, comentó Cristian en diálogo con El Chorrillero. “Espero que la gente se acerque y esperamos lo mejor para estos tres días de la Calle Angosta”, añadió.
La banda sanjuanina Labriegos estuvo a cargo del cierre de la primera noche, que culminó unos minutos después de las 4 de la mañana.
Fotos: Nahuel Sánchez